Los farolitos guiaban el camino hacia un espacio que ya nos
daba la bienvenida cordial aún sin haber ingresado. Las estrellas daban más brillo al parque
decorado que expresaba dedicación…Esa noche, Gimawari nos recibía para compartir
juntos (¡con un gran objetivo!) una inolvidable velada gastronómica acompañada
de música que alegraba al corazón.
Los preparativos en la cocina, la gran “sencillamente pomposa” decoración, la cordial atención permanente y las delicias de Shiro Nakamoto han hecho de esa noche un momento inolvidable, donde todos supimos disfrutar y darle lugar a sonrisas que indicaban que todo estaba naturalmente armonioso, que todo entonces había sido exitoso…
Los preparativos en la cocina, la gran “sencillamente pomposa” decoración, la cordial atención permanente y las delicias de Shiro Nakamoto han hecho de esa noche un momento inolvidable, donde todos supimos disfrutar y darle lugar a sonrisas que indicaban que todo estaba naturalmente armonioso, que todo entonces había sido exitoso…
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¡Muchas gracias a todos
los que han colaborado!
